Sobre el porqué de Hysterias


Hysterias*
 una revista uterada
(Nueva época)


Hysterias es una revista cuyo nacimiento estuvo marcado por el signo de virgo.
            Fue hace un año, más o menos, cuando el proyecto se gestó en la imaginación de un par de amigos: Beatriz Flores y José Manuel Vacah. Posteriormente se unirían tres mujeres más al proyecto (Salma Anjana, Ivette Pradel y Leonor A. González), su participación otorgó al proyecto vida, y además –como si esto no bastara-  una visión fundamentalmente femenina, la cual distinguió a la publicación durante sus primeros números.
            En octubre de 2010, Hysterias no. 0 salió a la luz. Bajo los reflectores de la crítica, la revista siempre manifestó un carácter anti-sexista que hasta la fecha preserva con cierta admiración de sus editores. Bajo este carácter,  la revista presenta a la literatura como un organismo que evita cualquier contacto con la representación clara de un autoritarismo autoral. Es decir, que en Hysterias los textos hablan por sí mismos, los autores se desvanecen en un oscuro escepticismo literario. No leemos literatura, nos leemos en la literatura. Los poetas (los escritores) han puesto en palabras lo que difícilmente deseamos conocer de nosotros mismos. Eco y espejo es la literatura, reza un verso de José Emilio Pacheco. El mérito de esto radica en los versos, no en el autor de los versos. Nada hay de sorprendente en ello, es algo que todos sabemos. Porque la poesía es una piedra que cae golpeando las paredes del pozo.
            Regularmente leemos literatura, no leemos escritores. Vicente Huidobro pensaba que la buena poesía, es decir: la Poesía, es una sola. Posteriormente otro poeta dirá que todos los poetas son el mismo. La literatura es un solo aliento que se magnifica.
            Cuando leemos Hysterias, nos causa una extraña confusión que los nombres de los autores no aparezcan ligados primordialmente a su texto. No obstante, si uno indaga con cierta naturalidad en las páginas, hallará a los autores. Nada se ha perdido, Hysterias no pretende legitimar el anonimato, aunque la poesía es esencialmente anónima y colectiva: pensemos tan sólo en los poemas homéricos: la poesía era de dominio público.
            En Hysterias, simplemente, el anonimato es un juego de voces, donde la voz principal es la literatura. La poesía, en la revista, engendra al autor y no viceversa. Un simple juego. Actitud lúdica que desvanece también las caretas de género.  Las imposiciones de género. Los roles sexuales y los roles literarios. Porque la literatura y el sexo están ligados por una secreta coincidencia. Escribir es un acto de activismo sexual e ideológico. Cabe aclarar que Hysterias ya no es una publicación feminista. Lo fue, sí:  in illo tempore (en el tiempo sagrado de la fundación), el impulso de las fundadoras propicio este pacto silencioso con la sociedad. En este momento, las fundadoras han abandonado el proyecto, siguen otros caminos distintos al de esta pequeña publicación. La luz gira en silencio, y aunque aparezca en diferentes contextos: un foco o una luciérnaga; siempre será la misma. Hysterias es y no es, como diría Heráclito.
            Por consiguiente, la revista, en esta nueva época, es una publicación antisexista y nada más, con las confusiones que dicha categoría pueda representar, dejemos el debate para otra ocasión.
            Sencillamente, es un espacio para todo público. Para todo tipo de ideas y opiniones. En este sentido, y utilizando una metáfora claramente femenina (no feminista), la revista es un útero capaz de albergar lo mejor de cada semilla poética. Recordemos que  la palabra "histeria" proviene del francés, y ésta del griego "utero", que significa vientre, y el útero es también la matriz, que en latín significa fuente, origen. De esta forma, Hysterias busca ser un espacio donde los escritores encuentren un espacio de convergencia con los lectores. “Escribir es como dar a luz” dijo alguna vez García Márquez. Hysterias es esto, “una revista uterada” que alberga cada tres meses (es una publicación trimestral) “organismos” literarios.  Utilizo el término organismos porque sucede que la literatura es un asunto orgánico. Como el arte en general.
            Si se permite jugar con la idea del parto, y apoyado en un comentario de Héctor Miguel Rodríguez (actual jefe de redacción), la revista es un niño en una canasta de mimbre arrojado a las puertas de una casa desconocida, la casa, por obvias razones, son ustedes estimados lectores.
            Esta publicación es un esfuerzo artesanal y casi cartonero. El tiraje es reducido. Aparecen sólo 100 ejemplares elaborados artesanalmente, hechos completamente a mano, por consiguiente cada ejemplar tiene errores únicos, nadie lee la misma Hysterias. Cada ejemplar tiene un precio de recuperación de $10 pesos (casi pudo ser gratis).
            Para ayudar a su proceso de lectura cada número es descargable totalmente gratis, en el blog oficial: revistahysterias.blogspot.  Aquí también puedes encontrar las fechas y lugares donde se presentará. Así como los lugares donde se puede conseguir (en este momento es sólo uno: Espacio Cartonero, en el DF). También se distribuye personalmente, puedes solicitarla a los editores.
            Colaborar en Hysterias es sumamente sencillo, sólo tienen que mandar su posible colaboración al correo revista.hysterias@gmail.com. Todos los correos son contestados personalmente por los editores en un plazo menor a las dos semanas. ¡Alberguemos la histeria! (fin)

*Presentación leída en el festival El Caracol (Tijuana, 2011) y en la Feria del Libro del Zócalo (D.F. 2011)

Dirección Revista Hysterias





Primera época:
La palabra en manos de la mujer siempre ha inspirado un gran temor.

Michele Perrot 

En 1941 se funda Rueca, una revista editada únicamente por mujeres, aunque sin una pretensión feminista. Se cuenta que ante esta iniciativa, Salvador Novo sugirió que "mejor harían en editar una revista verdaderamente femenina de modas y recetas de cocina”. Ramona Rey, integrante de Rueca, comentó que había sido "la reticencia masculina [la que] nos obligó, indirectamente, a formar un grupo exclusivamente femenino". Rueca fue pues un espacio donde un grupo de mujeres buscó tener auténtica expresión sin tener que pasar por filtros o censuras patriarcales. La revista se mantuvo durante veinte números: la causa principal de desintegración fue el matrimonio de gran parte de las integrantes, cuenta Carmen Toscano, principal motor de Rueca.

Posteriormente se abrieron paso en la literatura mexicana grandes voces femeninas y sin embargo no siempre las cosas se dicen cómo y desde donde podrían decirse. Pues aún hoy en día nos resulta común escuchar que son pocas las mujeres que escriben en serio, que muchas lo hacen como ejercicio catártico, que son boberías, cursilerías de adolescentes perennes y algunas otras descripciones no gratas. Esa reticencia masculina que supondríamos ya desaparecida y sin embargo se mantiene presente aunque a veces discreta es la que nos lleva a nosotros a seguir hasta cierto punto el ejemplo de las fundadoras de Rueca. Un grupo de mujeres nos hemos puesto Hystéricas en tanto que nuestro útero nos permite serlo, pero nos acompaña también un Hystérico

Nos preguntamos si era realmente necesario que Josefina se convirtiera en José para que El libro vacío fuera lo que es. Nos preguntamos cuántos hombres realmente comprenden a sus personajes femeninas cuando las hacen hablar. Nos preguntamos hasta qué punto los roles de género marcan nuestro desempeño intelectual y llegan incluso a limitar sus posibilidades.

Hemos decidido crear este espacio para dar cabida a todas las voces legítimas, aquellas que reflejen con mayor fiabilidad la realidad de la cual salen y acaso a través de ese reflejo podamos mover las fibras necesarias para cambiar lo que no nos gusta o lo que ya no sirve. Abrimos este espacio para hacer literatura con nuestra propia voz, sin imposiciones de género, sin falsas caretas.

La invitación está hecha: ¡pongámonos Hystéricos!

Editorial



Más información sobre Rueca y las referencias arriba mencionadas en:
URRUTIA, Elena. "Nueve escritoras mexicanas nacidas en la primera mitad del siglo XX, y una revista". Instituto Nacional de las Mujeres; El Colegio de México, A.C.; México, 2006.



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